POLITICA DE AUSTERIDAD UNA JUSTIFICACION DE LA CONTRARREFORMA DEL CAPITALISMO

Para qué sirve la política de austeridad? Publicado el 04 de junio 2012 por La Lamentable Krugman, en la edición digital de 'The Guardian' Josep Fontana Historiador 4-6-2012 (11:00) Que la política de austeridad sea negativa en términos de promover el crecimiento económico es un hecho demostrado. Un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional sobre 173 casos de austeridad fiscal registrados en países avanzados entre 1978 y 2009 muestra que las consecuencias fueron contracción económica y aumento del paro. ¿Para qué sirven, pues, las políticas de austeridad, si no es para estimular el crecimiento? Michael Hudson, profesor de la Universidad de Missouri, sostiene que sus objetivos inmediatos son los de conseguir, con el pretexto de las urgencias financieras, una reducción de los salarios, de la cobertura sanitaria y de las pensiones de los trabajadores. Los objetivos de la política de austeridad, añade, van más allá de la economía, se trata de "un golpe de estado oligárquico en que los impuestos y el control de los presupuestos están pasando a manos de unos ejecutivos nombrados por el cártel internacional de los banqueros ". El mismo mensaje se ha repetido mucho recientemente, por voces autorizadas. El miércoles 30 de mayo el periódico inglés The Guardian publicaba un artículo enviado desde Madrid por Mark Weisbrot, un economista estadounidense de considerable prestigio, donde denunciaba que la crisis que se padece en la zona del euro tiene menos que ver con las demandas de austeridad que "con la voluntad de forzar, en especial a las economías más débiles, cambios políticos que los habitantes de estos países no votarían nunca". Al que añadía que "esto es cada vez más obvio aquí en España", donde el gobierno del PP se ha aprovechado de la crisis para imponer cambios en las leyes laborales y para arrebatar derechos a los trabajadores. La finalidad de esta política, concluye, es debilitar el movimiento obrero como parte de una estrategia a largo plazo de desmantelar el estado del bienestar: "estos cambios no tienen nada que ver con resolver la crisis actual, ni con reducir el déficit del presupuesto ". Otra contribución esclarecedora nos lo ofrecía Paul Krugman el día siguiente, el 31 de mayo, esta vez desde Inglaterra, en explicarnos que había pedido a políticos y dirigentes económicos británicos por qué se empeñaban en seguir una política de austeridad, cuando ellos no tienen los problemas de los países de la zona del euro, al disponer de una moneda propia, lo que les permite obtener crédito en condiciones favorables, a tipo de interés muy bajos (los más bajos desde el año 1702, en que se empezó a tomar noticia de este dato). Krugman nos dice que de entrada contestan con vaguedades sobre la necesidad de ahorrar, al igual que deben hacerlo las familias, hasta que, una vez se les han desmontado estas metáforas insustanciales, acaban confesando la verdadera razón que les mueve: " Debemos disminuir las dimensiones del estado ". Y es que, añade Krugman, el objetivo en Gran Bretaña, como en Estados Unidos, ha sido el de "utilizar el pánico del déficit como una excusa para desmantelar los programas sociales". Quizás sí, añade, que una vez comprobado el fracaso de la austeridad, se acabará yendo a un plan B que permita restablecer la economía. Pero no hará nada, "porque la recuperación de la economía no ha sido nunca el objetivo, la finalidad de la austeridad es la de aprovechar la crisis, no la de resolverla". La desastrosa situación de la economía española en la actualidad la revelan tanto la desconfianza de los inversores extranjeros, reflejada en los tipos crecientes de la deuda española, como los temores de nuestros capitalistas, que evaden su dinero hacia destinos más seguros. Es evidente que en algún momento habrá que recurrir a un plan B y rectificar esta política para recuperar la producción y los puestos de trabajo. Pero ni una recuperación de la economía ni un eventual cambio de gobierno nos devolverán los derechos que nos han tomado. Esto de la austeridad no iba por la crisis, sino para acabar con los avances logrados en doscientos años de luchas sociales.

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