EL DELICADO SONIDO DEL TRUENO PINK FLOYD


PRIMEROS AÑOS


Cuando Roger Waters iba a la escuela, se apuntó a unas clases de arte en las que conoció a una de las personas fundamentales en su vida, Roger Keith Barrett (más conocido como Syd Barrett). Tanto Barrett como Waters perdieron a sus padres en la Segunda Guerra Mundial, hecho que marcaría profundamente sus obras, en especial la de Waters.



Comenzó a estudiar arquitectura en la Regent Street Polytechnic School, de Londres, y es entonces cuando comienza a interesarse en la música de una manera más seria: comienza a tocar la guitarra española, escucha mucho rock y jazz (de donde vendría años después la incursión del saxo en sus discos de rock), y forma una banda con Nick Mason y Richard Wright entre otros, de nombre Sigma 6. Tras muchos cambios en el nombre de la banda y en los miembros de la misma, contratan a Barrett como guitarrista, que propone para nombre del grupo Pink Floyd, en homenaje a los "blues-men" Pink Anderson y Floyd Council. En poco tiempo la banda adopta ese nombre, ve reducido su número de integrantes a cuatro, y comienza a tener un relativo éxito como banda local, caracterizada por la psicodelia tanto en su música como en sus espectáculos. Waters y Barrett tocan bajo y guitarra respectivamente, y ambos cantan; los otros dos componentes son Mason y Wright.



Esto ocurrió en 1965 y 1966. Al año siguiente graban su primer disco, "The Piper Of The Gates Of Dawn", y poco tiempo después expulsan a Barrett del grupo porque era un desequilibrado mental; además, Barrett consumía con frecuencia todo tipo de alucinógenos (como LSD), lo que lo hacía más inestable e impredecible de lo que ya era por naturaleza. Esto se ve reflejado en sus composiciones de este disco, así como en su corta obra en solitario (sacó discos hasta que los médicos se lo impidieron), con canciones que no tienen nada que ver con lo que se había hecho antes, con continuos cambios de métrica y ritmos, aunque eso sí, demostrando mucha imaginación.



La experiencia con Barrett fue, como ya he dicho, fundamental para Waters por varios motivos: la experimentación, la innovación y la continua búsqueda de algo nuevo en la música que caracterizaron esta primera etapa de Pink Floyd se la deben a Syd; y a más largo plazo, muchas de las locuras del protagonista de "The Wall" no serán de Waters, sino de Barrett.



Antes de echarlo ya habían contratado a David Gilmour como guitarrista y cantante. Su manera de tocar era muy parecida a la de Barrett, con lo que la banda no sufrió mucho el cambio. En poco tiempo, Roger Waters comenzó a componer más que nadie, y en especial, a firmar las letras de todas las canciones (fueran o no suyas). Esto, que en un principio no les molestaba a sus compañeros, sería uno de los detonantes de la desintegración de Pink Floyd. Todos los trabajos de Pink Floyd eran raros, psicodélicos y, sin embargo, relativamente distintos entre sí. Gracias a esto, agradaban a la mayoría de los críticos y tenían un público fiel, que hacía de Pink Floyd un grupo de culto. La verdad es que se trata de discos no muy buenos, muy difíciles de escuchar hoy en día, y perfectamente prescindibles para el melómano en general, pero absolutamente necesarios para lo que estaba al caer.



THE DARK SIDE OF THE MOON



En 1973 aparece la obra más importante en la carrera de Pink Floyd, "The Dark Side Of The Moon". Avanzado con un sencillo pegadizo ('Money'), el disco no tarda en convertirse en número 1 en medio mundo. Pink Floyd da un inesperado e inmenso salto, rompiendo casi brutalmente con muchas de las características de su obra hasta el momento (lo que hace que algunos críticos, por increíble que parezca, se lo echaran en cara). El sonido es ahora más estilizado y claro, las canciones más cabales, las letras más impactantes; posiblemente se trate del disco con la producción más revolucionaria de toda la historia; la voz femenina como un instrumento más, la elegancia del saxo para imprimir fuerza, y los poemas de Waters que suenan intercalados en las canciones... Todo esto y mucho más justifican con creces el descomunal éxito de este disco, que hizo que desde entonces se hablara de un "sonido Pink Floyd".



Pero los Pink Floyd no estaban preparados. Decir que les pilló de sorpresa es quedarse cortos: la fama y el dinero que les proporcionó crear esta obra maestra hizo que surgieran gravísimos problemas con los miembros de la banda, tanto en sus propias familias como entre ellos mismos: comenzaron a separarse de sus esposas y las peleas entre ellos eran cada vez más frecuentes. Además hay que añadir el estrés que supone tener que gravar un disco después de "The Dark Side Of The Moon".



Sin embargo, dos años después publicaron "Wish You Were Here", que a mi parecer es incluso mejor que el anterior. Se trata de un disco con un sonido más depurado, limpio y relajado, donde la importancia de las voces femeninas no es tanta. Se abre y se cierra con esa obra maestra que es 'Shine On You Crazy Diamond', incluye dos temas que reflejan por primera vez la desintegración del grupo (la inquietante 'Welcome To The Machine' y la irónica 'Have A Cigar'), y aparece la poética 'Wish You Were Here', una de las pocas canciones de amor de Pink Floyd (cuando estaba Waters). Comercialmente hablando, este trabajo funcionó muy bien, pero como era de esperar no superó al anterior.



El siguiente disco en la carrera de Pink Floyd es, como los dos que vendrán después, obra principalmente de Waters; por lo tanto, se trata de discos musicalmente inferiores a los dos inferiores, pero con una temática común en todas las canciones, discos que cuentan una historia. Hay dos motivos por los que Waters se erigió en líder del grupo: por un lado, creativamente Roger Waters es superior a sus compañeros; por otro, la convivencia en la banda es imposible, con lo que componer un disco todos juntos es una ficción. Hay además quien pensaba que esto era así porque consideraban a Waters un megalómano, con complejo de superestrella, pero "The Wall" demostraría que ése precisamente no era el problema. En "Animals", los hombres quedan divididos en tres clases: cerdos, perros y ovejas. Pasó bastante desapercibido, aunque se trata de un gran trabajo.



Poco después, los componentes de la banda hicieron trabajos en solitario o colaboraron con otras bandas. Todos excepto Waters, que se dedicó a la composición de "The Wall", su disco más autobiográfico. Aquí se narra la historia de Pink, un cantante de rock que, tras años de éxito, demasiados conciertos, demasiada droga, harto de su público que le sigue como una masa estúpida, construye un muro que lo separe de todos estos fantasmas que, junto con los de su pasado (su dominante madre, su padre desaparecido en la guerra, la violencia de los profesores, sus fracasos amorosos...), le atacan incansablemente a lo largo de toda la obra. Waters comenzó a escribir "The Wall" después de que, víctima de los males que Pink sufriría en la ficción, le escupiera a un fan suyo en la cara; se dio entonces cuenta de lo que se había convertido, y se planteó por primera vez la disolución de Pink Floyd, añorando sus primeros años en los que eran un grupo de culto y tocaban para un público reducido que se interesaba por su música, y no por lo que rodeaba sus espectáculos. "The Wall" es otro disco antológico, imprescindible en cualquier discografía que se precie, como "The Dark Side Of The Moon" y "Wish You Were Here"; quizás musicalmente no sea tan potente como estos dos (pues todo está compuesto por Waters salvo dos o tres temas), pero es un prodigio narrativamente hablando, y hay que destacar la que probablemente sea la mejor canción de la banda: 'Comfortably Numb'. El éxito volvió a ser inmenso, y no se quedó en la venta de discos, sino en la gira que siguió (en los conciertos, la banda tocaba la mayor parte del tiempo tras un muro que la separaba del público) y en la fabulosa película protagonizada por el cantante Bob Geldof.



A pesar (o a causa) del nuevo éxito del grupo, y aunque tras la última gira Waters consiguió expulsar a Richard Wright, el cerebro de Pink Floyd decidió que la banda se disolvería tras su siguiente trabajo, "The Final Cut". En esta ocasión el tema es la guerra, otra de las grandes obsesiones del bajista, que ya había tocado en otros discos anteriores (era tema de fondo en "The Wall", y ya lo había tratado en otras canciones como la excelente 'Us And Them' de "The Dark Side Of The Moon"). Se trata de un trabajo inferior, en el que Gilmour y Mason son meros músicos (de hecho, en la contraportada aparece que está escrito por Roger Waters e interpretado por Pink Floyd). En realidad, "The Final Cut" se puede considerar como el primer disco en solitario de Roger Waters, que tras éste lanzó otros dos trabajos discretos en la década de los 80, y el inconmensurable "Amused To Death" en 1992, a la altura (como mínimo) de los mejores discos de Pink Floyd.



GILMOUR TOMA LOS MANDOS



La sorpresa de Waters fue mayúscula cuando descubrió que Gilmour y Mason decidieron continuar con Pink Floyd. Tras esto hubo una guerra de más de dos años librándose en dos frentes a la vez: en los tribunales y en la prensa. La batalla la ganaron Gilmour y Mason, que obtuvieron primero el derecho legal para seguir el proyecto Pink Floyd sin Waters, y después el apoyo de la inmensa mayoría de seguidores de la banda, ante el asombro de Waters, que veía así cómo el público que compró "The Wall" no comprendió en absoluto su mensaje.



Pero hay que ser justos. El álbum con el que Pink Floyd regresó en 1987, "A Momentary Lapse Of Reason", es colosal. Ya han vuelto a contratar al teclista Richard Wright (aunque no es considerado miembro del grupo, sino músico acompañante), y consiguen un trabajo musicalmente a la altura de "Wish You Were Here". Además, si bien todas las canciones no tienen una misma temática, musicalmente sí, y las canciones conectan una tras otra de una manera sobresaliente. La pérdida de calidad lírica era inevitable, pero sorprende leer la letra de 'Dogs Of War' o 'One Slip'; y aun así, el sonido de Pink Floyd es imponente, colosal, grandilocuente hasta lo pretencioso (sin que esto sea algo malo)... en una palabra, insuperable. La magia de 'Learning To Fly' o la fantasía melancólica de 'Sorrow' convencieron al público que llenó estadios en el mundo entero en una macro-gira en la que no se privaron de nada, con una multitudinaria banda para conseguir un directo con una calidad envidiable, como se puede comprobar en el disco que se extrajo de estos conciertos: "The Delicate Sound Of Thunder".



Hasta 1994 no apareció un nuevo trabajo de la banda, "The Division Bell". Aunque tuvo una gran acogida entre el público, posiblemente por la larga espera, hay que echarle en cara a la banda lo poco innovador de este disco, que vuelve a sonidos anteriores y deja la innovación aparte. Una espera tan larga merecía algo más, aunque el disco tiene canciones con una producción perfecta, como 'What Do You Want From Me' o 'Wearing The Inside Out', y se cierra con la estupenda 'High Hopes'.



La gira de este trabajo fue, una vez más, mastodóntica; si bien no duró tanto, sí tuvo una puesta en escena más espectacular, con todo tipo de efectos especiales para hacer de sus conciertos inolvidables experiencias audiovisuales. Se publicó un nuevo disco reuniendo los mejores momentos, "PULSE", que se vendió como rosquillas, no sólo por ser quiénes eran, ni por su calidad (superior incluso a la de su anterior directo), ni por incluir entero "The Dark Side Of The Moon" en directo, sino por la lucecita que traía la caja (¡la mía todavía brilla!), que hace de este disco una rareza de coleccionista (a pesar de los millones que se vendieron).



Pink Floyd desde entonces no ha hecho nada nuevo. Si bien, para calmar las ansias consumistas de los fans, se publicó el año pasado "Is There Anybody Out There", el directo de la gira de "The Wall" (¡excelente!), tanto tiempo de silencio nos tiene inquietos. No hay noticias de que vayan a volver, ni tampoco de que no lo vayan a hacer. Sea como sea, Pink Floyd ha hecho historia en la música, es referencia indiscutible para cualquier grupo de rock surgido de la década de los 70 en adelante, han redefinido la manera de hacer música, han reinventado el rock... Es una de las pocas bandas que tienen un sonido característico: si alguien escucha algo de Pink Floyd, aunque no lo conozca, sabe que es de Pink Floyd.



Más allá de la música, de las obsesiones, de los miedos, de la magia; más allá de lo que se haya hecho o esté por hacer en mucho tiempo, más allá del lado visible de la luna, más allá del ruido del trueno, del infranqueable muro... está el delicado sonido del trueno, el lado oculto de la luna, el insuperable sonido de Pink Floyd.

Comentarios

Cuculí Pop ha dicho que…
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