El Sistema Fascista nunca desapareció con la derrota de Alemania en la segunda gran guerra europea, Hitler se transmutó en el Imperio vigente, con la capacidad absoluta de vigilar y castigar, de anular y desaparecer.
Aquellos que luchan conta el sistema deberán encriptarse de cualquier modo para sobrevivir a la vigilancia de la Gran Oreja.
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