DE LA PELICULA HABANA BLUES


SOBRE LA PELÍCULA
HABANA BLUES es Cuba, música pero, sobre todo, sentimientos. Y es que las relaciones humanas siempre han sido fundamentales en las historias que rueda Benito Zambrano. Así, Cuba sólo es el escenario, el pretexto, para hablar de experiencias universales como la amistad, el amor, la familia, los miedos, el deseo de triunfar... “Sentimientos que son iguales en todas partes”, dice el director. “Es algo que comprobamos con SOLAS: en todos los festivales a los que fuimos nos dimos cuenta de que el ser humano tiene la sangre del mismo color en todas partes. El celo, la soledad, la envidia, el amor... y las historias cuando superan el elemento particular y entran en lo universal que tiene todo ser humano, tocan a todo el mundo. En Ecuador y en Suiza”

“En un trasfondo donde la risa y los sentimientos conviven con naturalidad, el problema del desarraigo cultural y emocional se manifiesta a través de los protagonistas que buscan su propio camino en una bella metáfora de la dignidad”, explica Benito Zambrano. “A pesar de ser nuestra película un drama con todos sus ingredientes, nuestros personajes sabrán sacarle carcajadas a los espectadores”. “No es sin embargo –afirma Zambrano- una comedia ligera, es una comedia de sentimientos. Cuba, sobre todo y a pesar de todo, es un país de sentimientos: alegre, dinámico, que sabe encontrar el lado divertido de las cosas, y musical... ¿hay otro rincón del mundo que sea más musical que Cuba? Sería imposible imaginar a Cuba en silencio, sin un acorde, sin un instrumento”.

En palabras de su director, HABANA BLUES es una película muy vital, llena de energía, de sentimientos y de emociones. Para su productor, Antonio Pérez, es una moderna historia de amor, música y amistad.

En este sentido, los espectadores de todo el mundo pueden conectar con HABANA BLUES y con unos personajes que sufren, lloran, sonríen, tienen tentaciones, dudas, incertidumbres.... La amistad entre dos hombres que puede llegar a romperse por la necesidad de salir del país; la madurez ético-moral y artística que se obtiene después de haber superado una serie de dificultades o los deseos de triunfar y de vivir a pesar de los problemas que se atraviesan.... son ejemplos de las ideas centrales en las que está basada esta historia, según señala Zambrano.

Para todos los que han participado en HABANA BLUES este proyecto ha sido algo muy especial. Benito Zambrano vuelve a las pantallas de cine cinco años después del éxito de su anterior largometraje, con una historia concebida e inspirada durante aquellos años que vivió en Cuba. Allí se licenció en Guión y Dirección por la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños, en La Habana. “Cuba ha significado para mí mucho más que el marco en el que me formé como cineasta”, cuenta. “Allí amé, creé, trabajé, hice muchos amigos y seguramente algún enemigo. Con el tiempo se fueron asentando mis vivencias en ese país donde nunca me sentí extranjero”.

Además, para los actores que interpretan a los tres protagonistas, Alberto Joel (Ruy), Roberto Sanmartín (Tito) y Yailene Sierra (Caridad), HABANA BLUES ha sido algo muy especial, muy íntimo y cercano. Dan vida a dos buenos amigos unidos tras un sueño casi imposible y a la mujer de uno de ellos, una joven luchadora también inmersa en las dudas y la esperanza de un futuro mejor. La propia experiencia de los tres actores les ha enseñado a entender mejor a sus personajes.

Explica Alberto Joel: “para mi, Ruy es un tipo súper entregado a su música: está ciego por lo que hace y no hay forma de hacerle cambiar la mirada. En su escala de valores lo primero es la música, luego sus hijos y ya, después, su mujer. No es un ejemplo de marido y no es tonto para nada, se da cuenta de ello. Le duele, pero no puede ser de otra manera. Hay algo en Ruy que puede hacer pensar en el estereotipo de cubano mujeriego y chingón, pero esa es una imagen demasiado pobre para describir su complejidad. Es un personaje muy bello: tan vitalista como triste”.

“Me parezco mucho a Ruy -añade- y su historia me tocó muy de cerca porque yo era músico antes que actor. Y pasé muchas calamidades. Puedes tener mucho talento y no llegar a ser reconocido: es una realidad muy dura. Yo dejé la música porque no me daba resultado. Comencé a los 18 años. Aprendí guitarra, pero vivía malamente. Así que ya te puedes imaginar: la historia me tocó muchísimo. Además, Benito siempre te ubicaba en la trama, te hacía sentir hasta el ritmo de los sentimientos del personaje, los latidos de su corazón”.

“Ruy es un tipo mujeriego. Yo también lo soy, pero no tanto. Él es obsesivo con las mujeres y en eso nos distinguimos. Y en esa onda súper loca que tiene….Vive en el aire, en su música, se abstrae, se olvida de la realidad. Hasta que se asienta en sus ideas. En esa búsqueda incansable sí que se le podría entender casi como a un alter ego de Benito”.

El amigo inseparable de Ruy es Tito (Roberto Sanmartín). Vive con su abuela, una gran dama de la canción cubana, y está muy unido a su compañero de aventuras, partituras e ilusiones. “Tito ha llegado a un punto en el que choca hasta con el aire. Es un personaje que tiene que salir, que respirar en algún otro lado, aunque sólo le sirva por tres meses, aunque sólo sea para pensar que debe volver al lugar del que se fue”, explica Sanmartín.

“Es una película muy humana, de personas y no de personajes. Y habla del amor, la amistad, la lucha para lograr cualquier cosa, por conquistar tus sueños. Habla de todo lo que se tiene que ir dejando en el camino para alcanzar lo que buscas. Siempre hay que dejar algo atrás. Me parece un gran drama con algo de comedia”, define Roberto Sanmartín.

“En la película –añade Alberto Joel- se abordan temas muy duros como la emigración y la miseria; pero también se tratan cosas más simpáticas, como los avatares de la vida del cubano. Y luego están las historias de amistad que se tejen entre los personajes, la intensidad de la vida familiar… Pienso que, ante todo, es una historia profunda”.

Yailene Sierra también ha pasado por difíciles dilemas en su propia vida que le han ayudado a comprender a la Caridad de HABANA BLUES. “Con el paso del tiempo me he ido tropezando con situaciones como las que describe la película”, afirma. “Mi anterior pareja era un creador obsesivo, muy bello..., un poco como Ruy, mi marido en la ficción. Eran tiempos muy duros. Y en ese punto me encontré con una de las relaciones más intensas de mi vida, me tuve que separar de mucha gente a la que quería. Fue una experiencia difícil pero no me arrepiento de haberla vivido, me aportó muchas cosas”. “Muchas veces he querido ser una mujer como Caridad: una mujer que se enfrenta a la supervivencia con fuerza, que saca a sus hijos adelante, que debe elegir dilemas tan difíciles”.

Caridad, según Yailene Sierra, es una mujer llena de esperanzas y en el fondo no importa tanto que decida irse de Cuba o no. “Caridad sería la misma mujer en Cuba que en México o en Madrid: no importa dónde estés sino cómo seas. Es una mujer íntegra, cuya vida se ha vuelto cada vez más difícil. Su familia ha llegado a una situación límite. Ella necesita ayuda espiritual, necesita a alguien que le apoye más que su marido. A ella le gustaría estar con Ruy pero se da cuenta de que no se siente completa y toma una decisión casi desesperada, no le queda otra elección. Pero le queda la esperanza del futuro”.

“Yo conozco a muchas mujeres como Caridad en Cuba. Muchas se han ido; otras se han quedado. Han elegido diferentes caminos y han tenido que buscarse la vida, han renunciado a muchas cosas. Yo admiro a esas mujeres porque aman la vida por encima de cualquier otra cosa”.

En HABANA BLUES Benito Zambrano mira de frente la realidad sociocultural cubana. “He intentado hacer una película muy desde dentro del país, acercándome un poco a sus entrañas. Me gustaría haberlo conseguido y que la gente no distinga si el director es o no cubano. No me gustaría que la historia se viera como la ambición de un extranjero. Creo que es una mirada fresca y actual, que le muestra al espectador de fuera cómo es la gente joven de allí. Al menos, una parte. A ese nivel puede ser atractivo”, comenta el director.

Y es que HABANA BLUES sabe transmitir esa magia especial que tiene Cuba. “Es un país destrozado, lleno de tantos elementos negativos... Y sin embargo, su forma de vivir la vida y su forma de ser es increíble. Las relaciones humanas, el trato que tienen entre ellos... generan un exotismo magnético para cualquier extranjero. En Cuba cada día es una aventura distinta”, describe Benito Zambrano.

“Creo que el retrato de Benito es suave, delicado. No ha buscado el recreo en la miseria ni la exageración de lo próspero”, afirma Yailene Sierra.

Osvaldo Doimeadios interpreta a Rober, un personaje vital y entusiasta que es el puente entre los productores españoles y Ruy y Tito. En su opinión en Cuba hay mucha gente como la que describe Zambrano en esta película. “Yo respeto su mirada, entre otras cosas porque la ha vivido, disfrutado y sufrido como nosotros. Él estudió cine aquí y tiene una mirada honesta. Me gustó mucho su respeto a la elección del ser humano. Urdir una trama donde los personajes se aceptan cuando son distintos es algo muy bueno tanto para los cubanos como para los españoles”.

“Lo importante –añade- es que Benito ha hecho una película que se erige por encima de la ficción. Y eso lo hace más genuino y auténtico. Las visiones que se tienen sobre Cuba son muy maniqueas y en ésta película ha logrado despojarse de todos los tópicos”.

“Mi única pretensión –explica Zambrano - es que cuando el espectador vea esta película, no sólo disfrute visualmente del maravilloso “decorado” de La Habana, sino que ésta le transmita, de una manera musical, original y directa, un sentimiento de autenticidad, la de ver a seres humanos buscando su lugar en el mundo que les tocó vivir”.

Comentarios