ENTREVISTA
Tuve la necesidad de plantear una entrevista a una persona profesional, para conocer de las tendencias filosóficas que supuestamente se van a reflejar en sus respuestas, comenzaré por la temática de su origen, la evolución de su pensamiento y las circunstancias que han enmarcado su manera de acercarse a la verdad.
Bueno, para empezar:
-¿Cuéntenos acerca de su origen?
Nací en una pequeña población del Norte del Departamento del Valle del Cauca, a la que sus habitantes llaman Ciudad de Cartago, cuando no pasa de ser un pueblo grande y caluroso con una atmosfera muy seca que recomiendan para los afectados por el asma, que se queden un tiempo respirando aire puro. Hace ya 53 años en un 24 de Octubre a las 10:30 am, en la Clle 10 7-42.
Los viejos que me engendraron trabajadores de la Salud, el padre: Técnico en saneamiento y la madre educadora Sanitaria. Omar y Liliam.
La formación que recibí de ellos: Liliám liberal de pensamiento y Omar conservador con ideas sociales, periodistas ambos porque Liliam fue muchos años corresponsal del periódico El País la crónica social del pueblo y Papá locutor y periodista de crónica roja en una de las Emisoras emblemáticas del pueblo: Ondas del Valle.
Ellos como habían sido de la generación levantada a correa y prohibiciones, pretendieron darnos un ambiente liberal en ideas y cultura, porque fue través del viejo que conocimos por ejemplo a los Beatles la popular música inglesa del cuarteto de Liverpool, la música folclórica latinoamericana: León Gieco, M. Sosa, Atahualpa Yupanqui, la Salsa: Rubén Blades, Hector Lavoe; la música de Joan Manuel Serrat, Chico Buarque, Charlie García, allí te das cuenta del tipo de canciones que escuchábamos y nos volvió a todos los hermanos “melómanos”.
El estudio lo hicimos en colegios privados regentados por religiosas, con los cuales tuvimos problemas porque no nos aguantábamos su ambiente represivo y termínanos graduándonos del bachillerato en colegios públicos.
-¿Leyó libros de filosofía en su juventud?
Es difícil acercarse a la filosofía, pero yo recuerdo mucho a unos autores que estuvieron en moda en aquella época de mi juventud: Jean Paul Sartre, de quien leí la Nausea, el Ser y la Nada y una biografía del mismo filósofo o intelectual francés quien combinó la Filosofía de la especulación existencial con la acción revolucionaria, tuvo harta repercusión su idea de la Nausea que hablaba de un Roquetín para quien la vida no tenía sentido, porque se la pasaba en una biblioteca leyendo enciclopedias de la A, a la Z, sin nada que ambicionar y con una idea de la libertad que consistía en “no desear nada”, porque no tenía ningún referente de la trascendencia en su vida. Sartre decía que el hombre sufría porque era consciente de que debía morir, que el problema “son los otros”, que las grandes preguntas debía resolverse en aquí y ahora. Cómo resolver el problema de la trascendencia “la lucha es el camino” la “acción modifica la existencia”, acusaba al burgués de ser un ser dedicado a la”acumulación de cosas sin sentido en una casa”, que no resolvía nada y que solo servía de manera material a establecer un “estatus”. Hizo vigente la afirmación Carlos Marx de que la filosofía debería ser una herramienta para transformar el mundo.
Otro de los filósofos muy queridos de mi época era Albert Camus del cual leí sus novelas El Extranjero y la Peste. También existencialista, pero su posición no era estrictamente atea como la de Sartre y afincaba su visión de vida a una filosofía con compromisos morales férreos. Sartre y Camus tuvieron en su vida un agrio debate desde posiciones contrapuestas de la política, pero fueron grandes amigos. Camus era argelino nacido en una de las colonias francesas en África y en ese entonces la lucha por la descolonización le afectó sus posiciones políticas. De todas maneras Camus y Sartre siempre tuvieron posiciones políticas críticas al establecimiento y se hicieron defensores de los que no tienen voz. Camus de ideas anarquistas en su juventud cuando le toco asilarse en Francia y Sartre más afecto a la izquierda del famoso Mayo del 68, cuando los estudiantes se enfrentaron a los fascistas y a De Gaulle con el “Prohibido prohibir”.
-¿Veo que en filosofía te acercaste a los existencialistas, cuál era en esencia el sentido de dicha manera de pensar?
Después de la Segunda guerra mundial y de los conflictos sin sentido aparente en el mundo, que a Europa habían afectado grandemente, no tanto a los EEUU que eran entonces los grandes vencedores, sin haber sufrido grandes bajas en su propio territorio, por Guerra alguna, con excepción de la Secesión y de la caída de las Torres del 11 de Septiembre. La gente había recibido con desencanto las grandes conclusiones abstraccionistas de la vieja filosofía: El marxismo, el cristianismo, el fascismo, el capitalismo no satisfacían a una generación de personas que había llegado a la “negación de toda creencia” o nihilismo, un cruel escepticismo promovía una nueva manera de trascender en la vida:”
El hombre es un ser "arrojado al mundo", esta frase parece expresar el sentir europeo de aquellos años y puede ser interpretada de modo literal: los europeos se sienten arrojados en mundo inhóspito, arrojados de sus hogares destruidos y de la seguridad de sus creencias, valores e ideales.
En medio de esta situación de la existencia surge esta filosofía del desencanto burgués que es la esencia del existencialismo.
-Y en Colombia, en tu pueblo de Cartago como se vivía esta filosofía?
A nosotros todo nos llega tarde, con un país fallido como el nuestro, la filosofía que pegó fue una vulgarización del cristianismo y el catolicismo, todos: hasta los sicarios nos encomendamos a Dios para que la “acción” no nos falle. Rezamos y pecamos empatando. Aquí no hay tiempo para asumir una posición filosófica en este país de cafres es bien difícil, solo la que nos da la entereza de sobrevivir a todo. En ese sentido Mayo 68, que fue el resultado de un mundo en crisis decía en las paredes de Nanterre la Universidad y las de la Sorbona: “Uno no vive, sobrevive”. “Haced lo imposible” “No hagas la guerra, haz el amor” siguen vigentes sin que los eternos conflictos generacionales, estudiantiles puedan resolverse.
La masacre en Plaza de la tres culturas Tlatelolco de ciudad México, que ocurrió antes de la explosión de lucha estudiantil de Mayo de 1968 en París, demostró que las dictaduras y democracias de papel de la sufrida Latinoamérica no permitieron nunca un solo triunfo, fueron mucho los muertos de jóvenes empecinados en la “transformación del mundo”, que fracasaron siguiendo a los “políticamente incorrectos”, nadie sacraliza las luchas estudiantiles colombianas. No se recuerda a Tlatelolco en la mediática matriz de las celebraciones... Nanterre, La Sorbona, el prohibido prohibir, la imaginación al poder, Mayo 68 si figuran en el santoral de la izquierda y del existencialismo.
En Cartago era una moda posar de existencialista porque en el programa “Yo y tu” de Alicia del Carpio había dos personajes vagabundos e inútiles que posaban de existencialistas y se consideraban seguidores de Marcuse, Sartre y Camus. Criticaban a todos aquellos que no conocieran el concepto del hombre unidimensional, tan caro a los pedantones de paño, de alto coturno bogotano. Pero la categoría real de estos pensamientos no las conocíamos. Ninguna de nuestras ciudades había sido bombardeada, ninguno de nuestros países había sido ocupado por tropas invasoras. El conflicto de Colombia se veía en la frontera de lo rural, con sus implicaciones de conflicto sin resolverse, originado por la injusticia social y que afectaba “a otros” no a nosotros.
Era como en la época, los miembros del “sarampión comunista” nunca se leyeron el “enjundioso Capital de C. Marx”. De allí se puede decir que el “existencialismo” era para la “femme fatal”: seguidoras del feminismo de la mujer de Sartre: Simone de Beauvoir y de maricones sufridos de ricos, habitantes de grandes apartamentos sobre la Avenida Sexta.:
Ahora es políticamente correcto aceptar sin criticar las decisiones de los Mesías que nos encontramos en la televisión despotricando contra las bases militares que en número de 7, se convertirá en un polígono de siete vértices de comunicaciones secretas y conspiraciones políticas, como siempre la ha sido, nos da por señalar al vecino de “loco”,”payaso” y no nos detenemos a pensar que la abducción alienígena de Noriega el dictador de Panamá le costo 5.000 muertos a los pobres que habitaban el barrio Chorrillos de Ciudad Panamá.
-¿Qué tienen que ver los OVNI con la filosofía libertaria del existencialismo?
En últimas nada, porque al habitante del tercer mundo no le queda tiempo para pensar sino en la brega por el pan y esa brega por el pan no conduce sino a levantarte a “buscar trabajo, tener trabajo un tiempo y perder el mismo otro tanto y sigue así en repetición insensata ese “Mito de Sísifo”, del hombre que persigue de manera rutinaria “la paga” sin poder romper el circulo vano de la búsqueda de riqueza para consumir, Albert Camú habla de esto como de un “acto heroico” que estaba obligado a repetir a través de los siglos.
Los alienígenas son los seres de otras culturas que un día deciden por nuestro futuro y se toman el país hablando otro idioma: I took Panamá. Y esta vez dicen I took Palanquero, I took … La cuenca del Amazonas… El oro negro bajo nuestros pies, El Coltán como en el Congo y por eso somos tierra de los hijos de Walt Disney, para nada de Walt Witman.
Pero no se trata de responder de manera políticamente incorrecta. Nada de eso va ocurrir. Los embajadores de los alienígenos nos tranquilizan, señalan que esas bases son para controlar a los “países contrarios a los intereses de los Estados Unidos” y nosotros no estamos entre esos. Que horror pertenecer al “Eje del Mal”. A países cuyos dirigentes quieren nacionalizar las riquezas estratégicas que hay en sus geografías, que en su frágil explotación sólo generan ganancias al gran capital de las transnacionales. Esos que se oponen al intercambio desigual de sus recursos con un discurso grandilocuente en defensa de la soberanía. En Colombia somos soberanos porque podemos tener un Mesías permanente y eterno que nos vende el país a pedazos y en tortas que se separan en ejes desde una Bogotá indiferente y un resto de ciudades felices porque entramos a ser otro más, junto con Puerto Rico, miembro asociado de la Unión de Estados Americanos.
Tuve la necesidad de plantear una entrevista a una persona profesional, para conocer de las tendencias filosóficas que supuestamente se van a reflejar en sus respuestas, comenzaré por la temática de su origen, la evolución de su pensamiento y las circunstancias que han enmarcado su manera de acercarse a la verdad.
Bueno, para empezar:
-¿Cuéntenos acerca de su origen?
Nací en una pequeña población del Norte del Departamento del Valle del Cauca, a la que sus habitantes llaman Ciudad de Cartago, cuando no pasa de ser un pueblo grande y caluroso con una atmosfera muy seca que recomiendan para los afectados por el asma, que se queden un tiempo respirando aire puro. Hace ya 53 años en un 24 de Octubre a las 10:30 am, en la Clle 10 7-42.
Los viejos que me engendraron trabajadores de la Salud, el padre: Técnico en saneamiento y la madre educadora Sanitaria. Omar y Liliam.
La formación que recibí de ellos: Liliám liberal de pensamiento y Omar conservador con ideas sociales, periodistas ambos porque Liliam fue muchos años corresponsal del periódico El País la crónica social del pueblo y Papá locutor y periodista de crónica roja en una de las Emisoras emblemáticas del pueblo: Ondas del Valle.
Ellos como habían sido de la generación levantada a correa y prohibiciones, pretendieron darnos un ambiente liberal en ideas y cultura, porque fue través del viejo que conocimos por ejemplo a los Beatles la popular música inglesa del cuarteto de Liverpool, la música folclórica latinoamericana: León Gieco, M. Sosa, Atahualpa Yupanqui, la Salsa: Rubén Blades, Hector Lavoe; la música de Joan Manuel Serrat, Chico Buarque, Charlie García, allí te das cuenta del tipo de canciones que escuchábamos y nos volvió a todos los hermanos “melómanos”.
El estudio lo hicimos en colegios privados regentados por religiosas, con los cuales tuvimos problemas porque no nos aguantábamos su ambiente represivo y termínanos graduándonos del bachillerato en colegios públicos.
-¿Leyó libros de filosofía en su juventud?
Es difícil acercarse a la filosofía, pero yo recuerdo mucho a unos autores que estuvieron en moda en aquella época de mi juventud: Jean Paul Sartre, de quien leí la Nausea, el Ser y la Nada y una biografía del mismo filósofo o intelectual francés quien combinó la Filosofía de la especulación existencial con la acción revolucionaria, tuvo harta repercusión su idea de la Nausea que hablaba de un Roquetín para quien la vida no tenía sentido, porque se la pasaba en una biblioteca leyendo enciclopedias de la A, a la Z, sin nada que ambicionar y con una idea de la libertad que consistía en “no desear nada”, porque no tenía ningún referente de la trascendencia en su vida. Sartre decía que el hombre sufría porque era consciente de que debía morir, que el problema “son los otros”, que las grandes preguntas debía resolverse en aquí y ahora. Cómo resolver el problema de la trascendencia “la lucha es el camino” la “acción modifica la existencia”, acusaba al burgués de ser un ser dedicado a la”acumulación de cosas sin sentido en una casa”, que no resolvía nada y que solo servía de manera material a establecer un “estatus”. Hizo vigente la afirmación Carlos Marx de que la filosofía debería ser una herramienta para transformar el mundo.
Otro de los filósofos muy queridos de mi época era Albert Camus del cual leí sus novelas El Extranjero y la Peste. También existencialista, pero su posición no era estrictamente atea como la de Sartre y afincaba su visión de vida a una filosofía con compromisos morales férreos. Sartre y Camus tuvieron en su vida un agrio debate desde posiciones contrapuestas de la política, pero fueron grandes amigos. Camus era argelino nacido en una de las colonias francesas en África y en ese entonces la lucha por la descolonización le afectó sus posiciones políticas. De todas maneras Camus y Sartre siempre tuvieron posiciones políticas críticas al establecimiento y se hicieron defensores de los que no tienen voz. Camus de ideas anarquistas en su juventud cuando le toco asilarse en Francia y Sartre más afecto a la izquierda del famoso Mayo del 68, cuando los estudiantes se enfrentaron a los fascistas y a De Gaulle con el “Prohibido prohibir”.
-¿Veo que en filosofía te acercaste a los existencialistas, cuál era en esencia el sentido de dicha manera de pensar?
Después de la Segunda guerra mundial y de los conflictos sin sentido aparente en el mundo, que a Europa habían afectado grandemente, no tanto a los EEUU que eran entonces los grandes vencedores, sin haber sufrido grandes bajas en su propio territorio, por Guerra alguna, con excepción de la Secesión y de la caída de las Torres del 11 de Septiembre. La gente había recibido con desencanto las grandes conclusiones abstraccionistas de la vieja filosofía: El marxismo, el cristianismo, el fascismo, el capitalismo no satisfacían a una generación de personas que había llegado a la “negación de toda creencia” o nihilismo, un cruel escepticismo promovía una nueva manera de trascender en la vida:”
El hombre es un ser "arrojado al mundo", esta frase parece expresar el sentir europeo de aquellos años y puede ser interpretada de modo literal: los europeos se sienten arrojados en mundo inhóspito, arrojados de sus hogares destruidos y de la seguridad de sus creencias, valores e ideales.
En medio de esta situación de la existencia surge esta filosofía del desencanto burgués que es la esencia del existencialismo.
-Y en Colombia, en tu pueblo de Cartago como se vivía esta filosofía?
A nosotros todo nos llega tarde, con un país fallido como el nuestro, la filosofía que pegó fue una vulgarización del cristianismo y el catolicismo, todos: hasta los sicarios nos encomendamos a Dios para que la “acción” no nos falle. Rezamos y pecamos empatando. Aquí no hay tiempo para asumir una posición filosófica en este país de cafres es bien difícil, solo la que nos da la entereza de sobrevivir a todo. En ese sentido Mayo 68, que fue el resultado de un mundo en crisis decía en las paredes de Nanterre la Universidad y las de la Sorbona: “Uno no vive, sobrevive”. “Haced lo imposible” “No hagas la guerra, haz el amor” siguen vigentes sin que los eternos conflictos generacionales, estudiantiles puedan resolverse.
La masacre en Plaza de la tres culturas Tlatelolco de ciudad México, que ocurrió antes de la explosión de lucha estudiantil de Mayo de 1968 en París, demostró que las dictaduras y democracias de papel de la sufrida Latinoamérica no permitieron nunca un solo triunfo, fueron mucho los muertos de jóvenes empecinados en la “transformación del mundo”, que fracasaron siguiendo a los “políticamente incorrectos”, nadie sacraliza las luchas estudiantiles colombianas. No se recuerda a Tlatelolco en la mediática matriz de las celebraciones... Nanterre, La Sorbona, el prohibido prohibir, la imaginación al poder, Mayo 68 si figuran en el santoral de la izquierda y del existencialismo.
En Cartago era una moda posar de existencialista porque en el programa “Yo y tu” de Alicia del Carpio había dos personajes vagabundos e inútiles que posaban de existencialistas y se consideraban seguidores de Marcuse, Sartre y Camus. Criticaban a todos aquellos que no conocieran el concepto del hombre unidimensional, tan caro a los pedantones de paño, de alto coturno bogotano. Pero la categoría real de estos pensamientos no las conocíamos. Ninguna de nuestras ciudades había sido bombardeada, ninguno de nuestros países había sido ocupado por tropas invasoras. El conflicto de Colombia se veía en la frontera de lo rural, con sus implicaciones de conflicto sin resolverse, originado por la injusticia social y que afectaba “a otros” no a nosotros.
Era como en la época, los miembros del “sarampión comunista” nunca se leyeron el “enjundioso Capital de C. Marx”. De allí se puede decir que el “existencialismo” era para la “femme fatal”: seguidoras del feminismo de la mujer de Sartre: Simone de Beauvoir y de maricones sufridos de ricos, habitantes de grandes apartamentos sobre la Avenida Sexta.:
Ahora es políticamente correcto aceptar sin criticar las decisiones de los Mesías que nos encontramos en la televisión despotricando contra las bases militares que en número de 7, se convertirá en un polígono de siete vértices de comunicaciones secretas y conspiraciones políticas, como siempre la ha sido, nos da por señalar al vecino de “loco”,”payaso” y no nos detenemos a pensar que la abducción alienígena de Noriega el dictador de Panamá le costo 5.000 muertos a los pobres que habitaban el barrio Chorrillos de Ciudad Panamá.
-¿Qué tienen que ver los OVNI con la filosofía libertaria del existencialismo?
En últimas nada, porque al habitante del tercer mundo no le queda tiempo para pensar sino en la brega por el pan y esa brega por el pan no conduce sino a levantarte a “buscar trabajo, tener trabajo un tiempo y perder el mismo otro tanto y sigue así en repetición insensata ese “Mito de Sísifo”, del hombre que persigue de manera rutinaria “la paga” sin poder romper el circulo vano de la búsqueda de riqueza para consumir, Albert Camú habla de esto como de un “acto heroico” que estaba obligado a repetir a través de los siglos.
Los alienígenas son los seres de otras culturas que un día deciden por nuestro futuro y se toman el país hablando otro idioma: I took Panamá. Y esta vez dicen I took Palanquero, I took … La cuenca del Amazonas… El oro negro bajo nuestros pies, El Coltán como en el Congo y por eso somos tierra de los hijos de Walt Disney, para nada de Walt Witman.
Pero no se trata de responder de manera políticamente incorrecta. Nada de eso va ocurrir. Los embajadores de los alienígenos nos tranquilizan, señalan que esas bases son para controlar a los “países contrarios a los intereses de los Estados Unidos” y nosotros no estamos entre esos. Que horror pertenecer al “Eje del Mal”. A países cuyos dirigentes quieren nacionalizar las riquezas estratégicas que hay en sus geografías, que en su frágil explotación sólo generan ganancias al gran capital de las transnacionales. Esos que se oponen al intercambio desigual de sus recursos con un discurso grandilocuente en defensa de la soberanía. En Colombia somos soberanos porque podemos tener un Mesías permanente y eterno que nos vende el país a pedazos y en tortas que se separan en ejes desde una Bogotá indiferente y un resto de ciudades felices porque entramos a ser otro más, junto con Puerto Rico, miembro asociado de la Unión de Estados Americanos.
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