¿EL LENGUAJE ES DE HUMANOS SOLAMENTE?



¿EL Lenguaje únicamente HUMANO ?

El monopolio del lenguaje, como una facultad estrictamente humana, nos hace creer que nos diferenciamos de los animales porque, nosotros a través del habla podemos entre nosotros establecer los lazos que constituyen la cultura y la sociedad.

Comunicarnos entre nosotros permite establecer la identidad, la puesta en marcha del significado y los signos.

Ese creer que esa es nuestra facultad diferencial y que la complejidad de la cultura y la sociedad depende del lenguaje. Desconoce la manera como las diferentes especies animales, para diferenciarlos de humanidad; establecemos con gran soberbia; como nosotros de ellos nos elevamos a un grado superlativo, distinto a la maquinaria animal, víctima del arsenal de los instintos con que los dotó la evolución..

Los signos que utilizan los fonemas como vía de transmisión de significados y de sus significantes, parecieran que fueran monopolio humano… No sabemos interpretar el complejo “Canto de las ballenas”, que comunica entre ellas “atracciones sexuales”, estado y magnitud del próximo cardumen, al cual hay que atacar, mediante complejas estrategias de combate, para poder “predarlo”, ciclos globales de “fenómenos de apareamiento”. La Yubartas cantan cuando llegan a las vecindades de las Islas Galápagos y al Pacífico colombiano. Cantan cuando paren el ballenato, lo capacitan para sobrevivir junto a ellas, se entrelazan en un complejo tejido social entre ellas que demuestra ser ciudadanos de una sociedad planetaria. Y componen extraordinarias melodías, para goce a escala de Gaia de una melodía imperecedera, que no está escrita en los incipientes pentagramas de nuestra música humana.

Los elefantes tienen una memoria prodigiosa y conducen a su prole a los pozos de agua, cuando el clima inclemente los obliga a emprender la marcha en la dura sequía, hacen homenaje a sus muertos y entonces cuando “barruntan” harán “fonemas”? Será consecuencia de una serie de “instintos heredados” la compleja relación entre los elefantes?

No habrán escrito una obra para la posteridad las Ballenas, los elefantes, las hormigas en su perfecta sociedad o las abejas, pero se transmiten “posición” geo-referenciada de presas, sitios y/o pozos con agua, lugares de galanteos y apareamiento y gestación de crías, trasmisión de experiencias antecedentes validados para la sobrevivencia, serán todas ellas “vehiculizadas a través de cantos, gruñidos, antenas en vibración, danzas y eso no será “lenguaje cifrado en signos y significantes?

La siguiente frase utilizada por algunos lingüistas desconoce lo afirmado arriba, sin embargo valida esa supuesta veracidad de considerar al hombre como el Rey de la Creación, paradigma fenecido con el avance actual de la ciencia.

El lenguaje es el fundamento de la comunicación humana, nos diferenciamos de los animales justamente por esa característica: hablar.



Es obvio que inmerso como pez en el cardumen humano, las interrelaciones que permiten la imagen del mundo, sólo nos llegan a través del lenguaje nuestro y de todos los medios a través de los cuales se comunican nuestros congéneres y uno mismo.




La compleja sociedad de las hormigas funciona de acuerdo con la prepotencia humana, mediante un arsenal de comportamiento instintivo.
*ellas son robot biológicos
*No se comunican entre sí
*No aprenden
*Sus conductas son absolutamente mecánicas.
Será que su perfección nace de “solo instinto”, compartimos con ellas más de una estructura organizacional y sistema de jerarquía y ello solo se puede generar por instinto y sin “lenguaje” entre los miembros del hormiguero o de la “sociedad de hormigas”.

Tomaré como ejemplo el artículo El Lenguaje de las Ballenas de Sandra Brown para cuestionar que la humanidad tiene el monopolio del “lenguaje”:


“Sus enormes dimensiones, su misteriosa existencia y sus fantasmagóricos lamentos infundieron temor y respeto a las gentes del mar en épocas pasadas. Hoy son las protagonistas de una de las mayores masacres que ha llevado a cabo el hombre. El daño físico que se les está haciendo es obvio, pero ignoramos el efecto que estamos provocando en su cultura nacida de su privilegiada inteligencia.

Entre los pescadores de las costas de Gran Bretaña, la gran ballena blanca es conocida por el apodo de Canario de Mar. Sus melodías son es cuchadas con gran claridad, sobre todo durante las interminables horas de espesa niebla en que el sonido se propaga mejor. A miles de kilómetros de distancia, las ballenas jorobadas (o corcovadas) se suman a este inusitado concierto submarino, aportando sus propios cantos, distintos a los de aquéllas, pero idénticos a los de su grupo. ¿Son estos sonidos la expresión física de un tipo de lenguaje, de una comunicación mental entre estos cetáceos?

Por ahora todo son preguntas respecto al talento musical y al lenguaje de las ballenas, no se sabe cómo emiten los sonidos ni su significado biológico. Sin embargo, existen unas determinadas constantes en estos carusos acuáticos, lo que ha propiciado la aparición de hipótesis fantásticas entre los amantes de la ciencia. Por ejemplo, todas las ballenas de una misma población cantan la misma canción, pese a que de un año a otro ésta sufre sutiles alteraciones. Incluso durante una velada musical se suceden verdaderas improvisaciones.

En todas las especies el período abarca únicamente la época de celo, que dura aproximadamente unos cuatro meses. A éste le sigue un periodo de silencio casi absoluto, que coincide con las largas migraciones que realizan las ballenas. La creencia inicial de que sólo los machos cantaban, unido al hecho de que la época musical coincidiera con la de apareamiento en aguas templadas, hizo pensar que los cantos estaban destinados a seducir a las hembras. Sin embargo, más tarde se comprobó que también las hembras entonaban apaciblemente lo que pudieran ser nanas cuando amamantaban a sus ballenatos.

Los resultados de los espectogramas realizados por los científicos dedicados a investigar el comportamiento de las ballenas no tienen parangón con los del resto de los animales. Estos espectogramas demuestran que los cantos, pese a ser repetitivos, evolucionan de una semana a otra, a medida que se van haciendo nuevas improvisaciones. Ningún otro animal —excepto el hombre— tiene un comportamiento musical tan complejo e inventivo, que varíe además con el tiempo. Cada resultado musical refleja una parte innata y otra adquirida; es decir, las ballenas poseen unas ciertas reglas fijas de composición sonora junto a un talento que demuestra verdadera imaginación.

Los cantos evolucionan pues de un año a otro. Sin embargo, la teoría de que en el intervalo de silencio las ballenas se olvidan de ellos y cuando vuelven a sus áreas de reproducción reinventan otros nuevos a partir de su memoria colectiva se está derrumbando. El registro realizado a lo largo de varios años ha demostrado que las ballenas no los olvidan durante las migraciones, sino que retoman los mismos que dejaban en la estación anterior. Así pues, los cambios no se producen en la época silenciosa, sino en la musical, lo que significa que no son producto del azar o del olvido. Por el contrario, se van depurando, se eliminan frases irregulares y adquieren mejor organización, resultando cada vez más coherentes y concisos.
Pese a que, en realidad, las ballenas no cantan, sino que emiten chillidos a frecuencias muy bajas, el término de canción no deja de tener sentido, ya que su resultado sonoro denota secuencias de sonidos regulares. Se ha descubierto que cada canto está formado generalmente por seis temas diferentes; cada tema contiene varias frases y cada frase posee de dos a cinco sonidos distintos. En cada interpretación los sonidos se suceden siempre en el mismo orden, de modo que si se abandona un tema, la secuencia de los que se conservan no varía. Otro hecho significativo es que aunque los temas difieren de un grupo a otro y dentro del mismo grupo, de un canto a otro aparece una estructura de base y un orden generalizado para todas las ballenas, incluso estando en distintos océanos e independientemente de que tengan o no contacto entre ellas.

……Un canto inteligente

Las ballenas son los más grandes, los más pesados y los más voluminosamente llamativos animales de la naturaleza. Realmente se trata de los supremos habitantes de la biosfera de nuestro planeta. Poseen el cerebro más grande entre todas las especies existentes; pueden permanecer sin dormir durante meses; entonan cantos; realizan las migraciones más largas entre todos los mamíferos; viven permanentemente en el agua y externamente se asemejan a los peces. Pero, aparte de estas características, ¿qué camino y qué destino evolutivo han recorrido?

Algunos científicos como David Ehrenfield, profesor de biología en la Universidad de Rutgers y autor del .libro "La Arrogancia del Humanismo"; James Lovelock, autor de "Qaia (Qea), una nueva visión de vida en la Tierra"; Cari Sa-gan, biofísico y Premio Pulitzer de divulgación científica; el neurofisiólogo John Lilly, una de las figuras mundiales en cetologia y otología, y otros muchos, postulan, con fundamentos científicos, una teoría insólita pero factible acerca del papel de las ballenas en la escala evolutiva. Escala, por otra parte, tremendamente conflictiva, ya que en su cumbre nos colocamos nosotros, los seres humanos.

¿Podemos aceptar que no somos la única especie destinada a desempeñar el papel de cabeza de la evolución y que son precisamente los cetáceos nuestros "semejantes" más próximos?... Algo inexplicable para el hombre parece adivinarse en la comunicación de las ballenas.

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