COLOMBIA Agitación electoral y violencia política



Apolinar Díaz – Callejas (especial para ARGENPRESS.info)

Colombia sigue siendo un país irregular y de una vieja violencia política que en los últimos sesenta años continuos ha causado un millón de muertos en crímenes políticos. Es una cifra que se da en otros países del mundo sólo en guerras mundiales e internacionales muy grandes. En estos momentos, por ejemplo, hay un debate abierto sobre candidaturas presidenciales de los diversos partidos y movimientos políticos presentes en el escenario nacional.

Varios nombres liberales, conservadores o de otras alianzas suenan de un lado para otro. Pero lo que está bien claro y manifiesto es que el Presidente Álvaro Uribe Vélez, con mucho tacto y aparente discreción, maneja su propia candidatura a una tercera elección, siguiendo los pasos y ejemplos de los dictadores de por vida de Centro América, el Caribe y algunas naciones sur americanas. Esta insistencia de Uribe Vélez en su tercera elección es la más grave situación política que se le ha presentado a Colombia desde los últimos 10 años del siglo XIX, los 100 años del siglo XX y los nueve del presente siglo. La aspiración reeleccionista de Uribe Vélez se mueve con la presencia personal suya todos los fines de semana en los pueblos grandes y pequeños del territorio nacional, a los cuales asiste con la parte más poderosa de la burocracia y del gasto público nacional para recibir quejas y peticiones principalmente, para él mismo ofrecer programas de trabajo de obras que ya están incorporados al presupuesto nacional desde el año anterior y que en general ignoran las gentes de la población rural del país.

Uribe Vélez quedó atolondrado políticamente por la derrota política y electoral de su grande amigo personal, el último presidente Bush de los Estados Unidos, quien hizo todos los esfuerzos para rodearlo de imaginarias obras de progreso y de la certeza de la continuación de la ayuda económica y militar norteamericana para la represión en Colombia. Bush dio a Uribe la más alta condecoración política al presidente de su mayor confianza y adhesión. Uribe Vélez soñó que este hecho garantizaba la continuidad del régimen republicano de la familia norteamericana Bush y se sintió casi como presidente electo de Colombia. Pero el pueblo norteamericano que tiene actitudes demócratas y preocupación por regímenes de derecho, rechazó ese proyecto de la familia Bush de mantenerse en el poder y derrotó a la cuerda política a que se había entregado Uribe Vélez en Estados Unidos. Los medios de comunicación de prensa, televisión y radio de Colombia, privados o gubernamentales, habían contribuido a crear la idea de que el poder de la familia Bush no continuaría en Estados Unidos. Esto no lo percibió Uribe.

En el campo político general, hay varios nombres liberales, conservadores y de izquierda democrática que aceptan que sus nombres sean presentados a la consideración política de los colombianos. Entre ellos el ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Gaviria, actual presidente de la dirección del partido de izquierda Polo Democrático, varios nombres de conservadores y liberales como Rafael Pardo Rueda que cumplió en el pasado una extraordinaria tarea para lograr la paz del gobierno de Virgilio Barco con el movimiento M19, que parecía había abierto el camino a la paz negociada en Colombia. Pero no fue así. Altos dirigentes del M19 como Carlos Pizarro León Gómez y otros fueron asesinados. Con estos crímenes y la violencia extendida a varias regiones del país fue frustrada la continuación de los convenios de paz que siguieran los rumbos de los pactos del M19 con el gobierno de Virgilio Barco. El presidente Uribe trabaja y trabaja en la sombra unas veces descaradamente y otras a escondida en la organización de su campaña electoral, excluyendo a sus compañeros de gobierno como posibles competidores.

Para mejorar su situación en América Latina, Uribe Vélez busca el acercamiento con los gobiernos progresistas de Chávez en Venezuela y Lula da Silva de Brasil, así como los gobiernos de carácter democrático que marchan en Argentina Uruguay, Ecuador, Uruguay, Paraguay y algo con Bolivia. Son naciones que apoyan y demandan la terminación del bloqueo norteamericano a Cuba y piden el establecimiento entre esos países de relaciones económicas y políticas normales. El presidente Obama de Estados Unidos ha dado unos pasos que muestran que también busca esos objetivos. La supresión de toda clase de torturas y atropellos a los prisioneros llevados desde el medio oriente a la isla cubana de Guantánamo y para buscar un régimen de derecho. El presidente Obama ha tomado la decisión de restablecer el sistema de las visitas e intercambios de familias cubanas residentes en los Estados Unidos para visitar su país y mandar ayudas. Así, tienen ese carácter la supresión de las cárceles norteamericanas instaladas en la isla cubana de Guantánamo. Son acciones que muestran la posibilidad de que el presidente Obama elimine las órdenes de bloqueo y represión contra Cuba que han practicado gobiernos norteamericanos desde hace muchos años. Ojalá el presidente Obama sea capaz de avanzar en su propio país contra la discriminación política y racial así como para terminar las prácticas de guerra y agresión contra Cuba. Todo esto sería recibido con entusiasmo en la América latina y este siglo XXI podría ser el del cese de la violencia norteamericana contra Cuba y contra el resto de nuestras naciones.

Sigue la violencia en Colombia. En el diario El Universal de Sincelejo, del 12 de los corrientes se informa que en el departamento de Córdoba se registraron 60 nuevos asesinatos durante el mes de marzo. El periódico atribuye esos asesinatos a “vendettas entre bandas criminales dedicadas al narcotráfico. El periódico citado señala que los organismos de seguridad temen que las cifras de homicidios en este año superen los asesinatos ocurridos en el 2008 en que llegaron a 512 muertos”.

Esto es lo que está pasando en Colombia bajo el gobierno de Uribe Vélez.

Finalmente, debo registrar la denuncia que se está haciendo de que en los altos cerros que forman los llamados Montes de María, entre Palmito en Sucre y Carmen de Bolívar y otros municipios en Bolívar, aprovechando que el ejército colombiano y otros grupos militares oficiales están construyendo una carretera que conectaría a todas estas regiones de los Montes de María con las vías centrales del país. Esto por si solo valorizaría espectacularmente el valor de la tierra en beneficio de los grandes terratenientes, que ahora la pagan como les da la gana y liquidan toda posibilidad de reforma Agraria. Ese es la idea de progreso agrario del presidente Uribe Vélez.

Debo celebrar que el abogado y escritor cartagenero Carlos Villalba Bustillo haya escrito en El Universal del 12 de abril un vigoroso trabajo biográfico sobre el natalicio del general y doctor Rafael Uribe Uribe, uno de los hombres más preclaros del país, quien fue líder y animador liberal de la guerra de los mil días. Antes, en los buenos tiempos de la Colombia tranquila, los estudiantes de las escuelas públicas teníamos que rendir con nuestra presencia homenaje a Rafael Uribe Uribe en la fecha de su nacimiento y en la de su muerte cuando fue asesinado en Bogotá.

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