ECOPARQUES EL RIO CAUCA



Volver los ojos al río para que podamos identificarnos con el, como lo hace el poeta peruano Javier Heraud, en su poema de múltiples insinuaciones, con significantes y significados abiertos, que le permiten un encuentro definitivo con su destino. Volver al río Caucayaco, que la atropellada y violenta intervención, de los desarrollos extrativos de su riqueza y como receptor de todos nuestros pecados, pretendiento lavarnos de las culpas por matarlo y dejarlo, alcantarilla abierta al arrastre de nuestros objetos vacíos de tiempo y de objetivo, porque su utilidad perdida, los mueven de multiples formas y maneras, sin importarnos la vida, ni los seres perdidos en la memoria quizas, cuando el pez de plata mordía el anzuelo y espejeaba el pescador una "sardinata" y los chicos imberbes, deslizaban sus cuerpos desnudos en sus corrientes y meandros. Volver al río donde poeticamente en su espejo de agua los vapores se deslizaban con sus ruedas pelton, despues de haber arrasado con la foresta de sus orillas para alimentar la caldera e impulsarlos a traer y llevar las mercancias a las gentes de sus riberas.


El río

1

Yo soy un río,
voy bajando por
las piedras anchas,
voy bajando por
las rocas duras,
por el sendero
dibujado por el viento.
Hay arboles a mi
alrededor sombreados
por la lluvia.
Yo soy un río,
bajo cada vez más
furiosamente,
mas violentamente
bajo
cada vez que un
puente me refleja
en sus arcos.

2

Yo soy un río
un río
un río
cristalino en la
mañana.
A veces soy
tierno y bondadoso. Me
deslizo suavemente
por los valles fértiles,
doy de beber miles de veces
al ganado, a la gente dócil.
Los niños se me acercan de
día,
y de noche trémulos amantes
apoyan sus ojos en los míos,
y hunden sus brazos
en la oscura claridad
de mis aguas fantasmales.

3

Yo soy el río.
Pero a veces soy
bravo
y
fuerte,
pero a veces
no respeto ni la
vida ni la
muerte.
Bajo por las
atropelladas cascadas,
bajo con furia y con
rencor,
golpeo contra las
piedras mas y mas,
las hago una
a una pedazos
interminables.
Los animales
huyen,
huyen huyendo
cuando me desbordo
por los campos,
cuando siembro de
piedras pequeñas las
laderas,
cuando
inundo
las casas y los pastos
cuando
inundo
las puertas y sus
corazones,
los cuerpos y
sus
corazones.


4

Y es aquí cuando
mas me precipito.
Cuando puedo llegar
a
los corazones,
cuando puedo
cogerlos por la
sangre,
cuando puedo
mirarlos desde
adentro.
Y mi furia se
torna apacible,
y me vuelvo
árbol
y me estanco
como un árbol,
y me silencio
como una piedra,
y callo como una
rosa sin espinas.


5

Yo soy un río.
Yo soy el río
eterno de la
dicha. Ya siento
las brisas cercanas,
ya siento el viento
en mis mejillas,
y mi viaje a través
de montes, ríos,
lagos y praderas
se torna inacabable.


6.

Yo soy el río que baja en las riberas,
árbol o piedra seca
yo soy el río que viaja en las orillas
puerta o corazón abierto
yo soy el río que viaja por los pastos
flor o rosa cortada
yo soy el río que viaja por las calles,
tierra o cielo mojado
yo soy el río que viaja por los montes
roca o sal quemada
yo soy el río que viaja por las casas
mesa o silla colgada
yo soy el río que viaja dentro de los hombres,
árbol fruta
rosa piedra
mesa corazón
corazón y puerta
retornados.


7

Yo soy el río que canta
al mediodía y a los
hombres
que canta ante sus
tumbas,
el que vuelve su rostro
ante los cauces sagrados.


8

Yo soy el río anochecido.
Ya bajo por las hondas
quebradas
por los ignotos pueblos
olvidados,
por las ciudades
atestadas de publico
en las vitrinas.
Yo soy el río,
ya voy por las praderas
hay arboles a mi alrededor
cubiertos de palomas,
los arboles cantan con
el río,
los arboles cantan
con mi corazón de pájaro,
los ríos cantan con mis
brazos.


9


Llegara la hora
en que tendré que
desembocar en los
océanos,
que mezclar mis
aguas limpias con sus
aguas turbias,
que tendré que
silenciar mi canto
luminoso,
que tendré que acallar
mis gritos furiosos al
alba de todos los días,
que clarear mis ojos
con el mar.
El día llegara,
y en los mares inmensos
no veré mas mis campos
fértiles,
no veré mas mis arboles
verdes,
mi viento cercano,
mi cielo claro,
mi lago oscuro,
mi sol
mis nubes,
ni veré nada,
nada,
únicamente el
cielo azul
inmenso
y
todo se disolverá en
una llanura de agua,
solo serán un canto o un poema mas
solo serán ríos pequeños que bajan,
en mis nuevas aguas luminosas,
en mis nuevas
aguas
apagadas.


El rio es nuestra arteria que une al cuerpo de nuestra colombianidad, sus pobladores a espaldas de él lo ignoran y desarían pavimentarlo, domarlo y que no desatara su furia cuando le impermebilzamos su orillas.

El Ecoparque de 1000 metros, aguas abajo de la bocatoma de la Planta de Potabilizacièn Puerto Mallarino, nos aproxima a el, desde un espacio lúdico y poético, nos recrea su recorrido y nos dá desde un retaso de su paso por nuestra geografía;la maravillosa utopía de su renacer, de su discurrir en aguas tranquilas o tumultuosas, en flujo de tranquila lámina o compleja turbulencia, bucles, remolinos, meandros, sedimentos nutricios o peligrosos de origen natural y antrópico.

La Fundación Amigos del Rio Cauca y la Corporación Autónoma CVC se emplearon a fondo para recuperar un pedazo de territorio de la corona del jarillón invadido.

Reciclaje de materiales de desecho, reusados con criterio estético y lúdico, para jugar con la retina y demás sentidos, una sana relación con Caucayaco.

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