VICTOR HUGO DE REGRESO DE LA MUERTE


Hubo grandes cosas que se quedaron en la mesa de la cirugía, la posibilidad de escribir de seguido, dominar el pulgar para matar el telefono a punta de mensajes signficativos para el pocholo, pero ahí estas, documentando el regreso, desconociendo a unos y aplaudiendos a los semáforos celestes, a tu amanecer sin pena, entre la bruma consecuencia de morir junto al fonografo y oir una vieja canción de Carlos Puebla y sus Tradicionales.
Cómo no admirar a la flaca que te guía y controla, cómo no esperar que un electrodo resuelva el temblor menudo de la carne, cuando se sacude el jibe... Estas allí, sin barba, afeitado en la cabeza y desposeído de orgullo, como esperando a crecer de nuevo, entre los brazos de aquella. O de aquesta soledad de pibe envericuetado en los laberintos de la vida.

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